Fundamentos del Pensamiento Crítico – Bertrand Russell – Atomismo Lógico No.1

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FUNDAMENTOS DEL PESAMIENTO CRITICO EN eL LICEO

 LOGICA Y CONOCIMIENTO de BERTRAND RUSSELL

 1918

LA FILOSOFÍA DEL ATOMISMO LOGICO

(Apuntes conferencia No.1)

 

I – Hechos y Proposiciones

 

Russell llamó este ciclo de conferencias Filosofía del Atomismo Lógico. En ellas pretende mostrar la esencia de su doctrina lógica. Doctrina que se deriva de su filosofía de la matemática y sobre la cual plantea una metafísica. Para lograr su cometido decide evitar la confrontación con otras teorías opuestas y en su lugar decide exponer los elementos de su teoría esforzándose por que cada uno de sus puntos de vista se desprenda con necesidad de datos incontestables. Por dato incontestable entiende, aquellas afirmaciones sobre las cuales todos debemos coincidir que son ciertas. Este modo de proceder hace que sus conferencias funcionen como ejemplo en la utilización del método que propone. El método analítico.

 

Veamos la síntesis estructural de su primera conferencia – Hechos y Proposiciones.

 

En la introducción Russell se ubica en la discusión metafísica acerca de la realidad. Establece la creencia en la que se fundamenta el Atomismo Lógico: existen multitud de cosas en la realidad y se contrapone a la tesis sostenida por Hegel, cuya doctrina monista sostiene que la Realidad es única e indivisible. Del convencimiento acerca de la multiplicidad de la realidad, se deriva la conexión íntima entre el método analítico y el Atomismo Lógico. La relación se da porque a través del método analítico el todo puede comprenderse a través del entendimiento de sus partes. El análisis permite llegar a la identificación del átomo lógico que compone el objeto de estudio.

 

Russell entra al área de la epistemología. La pregunta que utiliza para acceder a la teoría del conocimiento es ¿Qué puedo conocer del mundo? (una cuestión muy diferente a ¿Qué hay de verdadero en el mundo?). Señala que: Toda argumentación debe iniciarse desde algo que uno considere verdadero. Ese es el punto de partida para aplicar el proceso analítico. El proceso consiste en asegurar que cada punto de vista se desprende con necesidad de datos incontestables. Además, Russell aclara que los átomos a los que su método trata de llegar son lógicos, no físicos. Algunos de los átomos serán particulares, otros predicados u otros relaciones y entidades por el estilo, todos ellos derivados del análisis lógico, no del análisis físico.

 

Russell plantea cómo considera que se debe ejercer la filosofía. Filosofar correctamente consiste en utilizar el método del análisis y la reflexión para pasar de lo vago a lo preciso. Consiste en proceder de aquellas cosas inmediatamente manifiestas, de las que a pesar de sentirnos seguros, se nos revelan, al analizarlas, como vagas y ambiguas, hacia cosas que se hacen más precisas, más claras y más definitivas como consecuencia de la reflexión cuidadosa. Toda cosa es vaga en una medida que no comprobaremos hasta que no hayamos intentado precisarla y toda cosa precisa estará lejos de lo que pensamos que era.

 

En un siguiente paso, Russell plantea la solución a otro problema epistemológico: las premisas en el sentido de la teoría del conocimiento varían de un hombre a otro. Al enfrentar esa situación Russell establece su posición en contra del psicologismo evolucionista. Esta doctrina evolucionista sostiene que al filosofar es necesario remontar las premisas más y más atrás en el tiempo. De esta manera, ninguna premisa será propia de su conocimiento. Russell difiere. En su método, el analítico, la investigación se puede iniciar a partir de aquellas premisas que nos parecen incontestables, es decir, con premisas sobre las cuales haya un consenso acerca de que son ciertas. La pericia de la filosofía radica en la selección de los datos que sean capaces de fomentar la reflexión y el análisis, así como en la reflexión y en el análisis mismo. Acá termina la introducción.

 

En el desarrollo, Russell presenta su primer dato incontestable: el mundo contiene hechos y creencias. Los hechos son lo que son independientemente de lo que pensemos acerca de ellos. Las creencias se refieren a los hechos y por referencia a ellos son verdaderas o falsas. Un hecho es aquello que hace verdadera o falsa una proposición. Los mismos hechos que determinan la verdad de ciertas proposiciones, determinan la falsedad de otras. El mismo hecho que hace verdadero que las selecciones de futbol categoría mayores de Colombia y Venezuela hayan empatado cero a cero el 31 de agosto de 2017, hace falso el enunciado que dice que la selección de mayores de Colombia ganó 3 – 1 a su par de Venezuela en el partido que tuvieron el 31 de agosto de 2017.

 

Un hecho no es un nombre, una cosa en particular. Un nombre por sí mismo no hace verdadero o falso ningún enunciado. Un hecho se expresa a través de una oración completa. El hecho pertenece entonces al mundo objetivo. Para mostrar la incontestabilidad de este enunciado, Russell muestra que el mundo exterior, aquel que se pretende conocer no queda exhaustivamente descrito por “particulares”, sino que se debe tener en cuenta a los hechos, las cosas que se expresan mediante oraciones, las cuales, forman parte del mundo real de la misma forma que lo que llama “particulares”. Los hechos descritos por los enunciados juegan tanto si hablamos con la verdad, como si hablamos con la falsedad: en ambos casos son los hechos objetivos los que determinan que lo que se hable sea verdadero o falso. Russell señala que sus conferencias estarán dirigidas a entender una gran variedad de hechos.

 

A continuación, Russell describe algunas características de los hechos. Define los hechos particulares y los hechos generales. No es posible describir el mundo en su totalidad a partir de hechos particulares, siempre va a ser necesario establecer hechos generales para referirse a la totalidad de una categoría particular. Para describir el mundo será necesario un enunciado del tipo: Este es el conjunto de todos los hechos particulares que hay de la categoría “x”. Se sigue que para hacer una descripción exhaustiva del mundo se necesitarán ambos tipos de hechos.

 

Luego se define otro conjunto de hechos: hechos positivos y negativos. El ejemplo que utiliza es “Sócrates vivió” – positivo y “Sócrates no está vivo” – negativo. La dificultad en esta distinción consiste en que en la realidad encontramos hechos que afectan a individuos, cualidades o relaciones particulares y también se encuentran hechos que son completamente generales, de los que se consideran en la lógica donde no se hace referencia a algún elemento de la realidad, ni cosa, cualidad ni relación. Las proposiciones lógicas no nombran nada. Ejemplo: si una clase forma parte de otra, un término que sea miembro de la primera será a sí mismo miembro de la segunda. Establece Russell que los vocablos que intervienen en un enunciado puramente lógico pertenecen en realidad a la sintaxis: Palabras que expresan formas o conexiones sin mencionar particular alguno. Russell posterga la prueba de esta afirmación.

 

Desde el punto de vista lógico (pero no epistemológico), Russell se refiere a las proposiciones como el vehículo específico de la verdad o la falsedad. Una proposición es una oración en indicativo, enuncia algo. No hay una distinción entre los hechos que consista en ser verdaderos o falsos. Solo hay hechos a secas. Sería un error decir que todos los hechos son verdaderos. Únicamente se dice de algo que es verdadero cuando le es posible ser falso. Un hecho no puede ser ni verdadero ni falso.

 

Una proposición es un símbolo complejo porque se compone también de símbolos. Paso seguido Russell se refiere a la importancia que tiene la teoría del simbolismo en su doctrina. Es a través del símbolo, de la palabra y las conexiones entre palabras que los filósofos construyen el puente entre el lenguaje y la realidad a la que este se refiere. Al referirse a la reflexión sobre la realidad a través de los símbolos, un filósofo bueno, llega a conseguir la relación entre el símbolo y lo que este simboliza una vez cada seis meses, durante un minuto. El resto del tiempo, el filósofo está reflexionando solo sobre los símbolos. Hay diferentes tipos de símbolos y diferentes tipos de relación entre el símbolo y lo simbolizado. Esta noción explica las continuas falacias en las que desembocan las reflexiones. Falacias relativas a los tipos que consisten en aplicar símbolos de un determinado género donde se deberían utilizar otros. Este tema es pospuesto por Russell para otra conferencia.

 

Define Russell como símbolo toda una variedad lingüística, toda palabra, toda oración será un símbolo. Un símbolo es algo que significa algo otro. En este punto Russell presenta su aproximación inconclusa para el concepto de “significado”. La noción de significado es más o menos sicológica y no es posible formular una teoría lógica del significado, ni por tanto del simbolismo. Para Russell el término significado no tiene un único significado. Existen varios tipos de relaciones entre el símbolo significado con lo que simboliza. Un nombre sería el símbolo apropiado para usarlo con destino a una persona y una oración es el símbolo apropiado para referirse a un hecho.

 

A una creencia o a un enunciado les cabe la doble posibilidad de ser verdaderos o falsos, situación que no aplica para los hechos. Una creencia o un enunciado siempre incluye una proposición. Cuando alguien dice que un hombre cree que es el caso de tal y tal, está afirmando que el hombre cree una proposición. Una proposición al respecto del tema que ella indica. Ejemplo: Un hombre cree que Sócrates está muerto. Lo que cree es una proposición al respecto de la condición de Sócrates. La proposición siempre va a tener la posibilidad de dualidad entre la verdad y la falsedad.

 

Las proposiciones no son nombres de hechos. Esta es la nueva noción que Russell incluye. Atribuye este aspecto a Wittgenstein. Una proposición no es el nombre de un hecho porque siempre que hay dos proposiciones en relación a cada hecho. Ejemplo: se tiene el hecho Sócrates está muerto. Hay dos proposiciones en relación a este hecho, Sócrates está muerto y Sócrates no está muerto. Ambas corresponden al mismo hecho y hay un solo hecho en el mundo que hace la una verdadera y la otra falsa. De esta manera se demuestra que la relación entre la proposición y el hecho es diferente a la relación entre el nombre con la cosa denominada. A cada hecho corresponden dos proposiciones, la una verdadera, la otra falsa y nada hay en la naturaleza del símbolo que permita saber cuál es cuál. Por esta razón nos vemos en la obligación de observar el mundo que tenemos alrededor para poder tratar de entender cuál es verdadera y cuál es falsa.

1 Comment

  1. Hugo Sánchez dice:

    Gracias. Gran síntesis del pensamiento de Russell.

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